algún año, el día después, una vez pasada la marabunta y entre un recado y otro he dedicado un rato a husmear en alguna librería algo perdío entre las torres fieras de novedades -ahí no me entero-. hace un rato he pasado por piscis porque ayer tarde descubrí con encarna una joya que ya teníamos en casa. era la primera edición de un día volveré en plaza y janés, del año 82. en realidad esta edición ante la que no he podido resistirme, estaba totalmente de remate -como diría carmela- en la estantería más escondida de la librería, entre varios textos escolares y novelas polvorientas de seix barral. me he dado la segunda alegría -la primera, el cuadro de òscar- del día después. marsé, maestro, siempre vuelve.
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pepe
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