
La obra de Augusto Monterroso (1921) es bastante corta: algunos libros de narraciones, un libro de ensayos, uno de entrevistas, una biografía y un dietario. Y es que la brevedad caracteriza la obra de este autor guatemalteco afincado en México. Él mismo cuenta que encontró la clave de estilo en un anuncio del servicio telegráfico: "No escribas, telegrafía". En sus cuentos, Monterroso penetra con finísimo humor en las paradojas de la vida cotidiana, del llamado sentido común y, especialmente, de la vanidad. Su extraordinaria capacidad de observación y su ironía descubren lo absurdo en lo supuestamente solemne, en lo cotidiano y en las inocentes frases hechas. (cuentos. fábulas y lo demás es silencio, 1996)
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pepe
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