
reencontrarse con amigos. aún cuando no están presentes. sí en un poesía.
mientras cacareábamos en la librería Antígona, reconocí, en la maravillosa mesa repleta de libros que sirvió de atril, unos apellidos. "cuenca sandoval". no es muy común. afiné mi mirada sobre una palabra roja. "mario".
allí estaba nuestro amigo mario. en libro. "guerra del fin del sueño". atento a lo que decíamos. elegante. como es mario.
evidentemente, no renunciamos a su compañía. cogimos el libro de mario, y pepe recitó uno de sus fantásticos poemas. yo me compré el libro, antes de intentar robar el ejemplar que tiene pepe.
luego llamé a mario. para compartir el placer del no estar, y del estar.
òscar, pepe y yo le queremos mucho.
mariano
mientras cacareábamos en la librería Antígona, reconocí, en la maravillosa mesa repleta de libros que sirvió de atril, unos apellidos. "cuenca sandoval". no es muy común. afiné mi mirada sobre una palabra roja. "mario".
allí estaba nuestro amigo mario. en libro. "guerra del fin del sueño". atento a lo que decíamos. elegante. como es mario.
evidentemente, no renunciamos a su compañía. cogimos el libro de mario, y pepe recitó uno de sus fantásticos poemas. yo me compré el libro, antes de intentar robar el ejemplar que tiene pepe.
luego llamé a mario. para compartir el placer del no estar, y del estar.
òscar, pepe y yo le queremos mucho.
mariano
4 comentarios:
¡ya lo creo!
besos,
ò.
la juerga con mario comienza en el 46´40"
ò.
Mira que dicen que las casualidades no existen...!
Qué os dijo Mario?
Desde el otro lado de la carátula, que yo también les quiero a los tres.
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