otoño lluvias largas varios días seguidos el cauce baja de lado a lado como un mar removido sin desembocadura crecida lenta espesa hundida por la sombra de lodo y suciedad cielo bajo que suelta tinta dentro y restos de tormenta de la noche acostumbrados a estas botas negras de agua pantalón corto impermeables rígidos paraguas carteras de piel dura a la espalda no nos importa salir oscuro todavía hacia el puente los mismos cada día a veces vienen otros nos gusta esa hora cuando la calle brilla el aire tiene dentro la humedad andamos juntos hablando fantasías de ese mendigo del abrigo largo que ahora no puede esconderse entre el cañizo donde duerme en verano le espiamos dentro de nuestra selva de ciudad no está ni él ni los gitanos que se bañan desnudos los miramos callados cuando el más alto se hace un nudo en la picha riéndose y no le duele nada retorcérsela cruzamos el parque empañado de agua y palmeras agua magnolios y plátanos sin forma gil dolz se estrecha nos gritamos ahora corriendo risas de salpicarnos con las botas de agua porque al ser una calle con dos muros continuos a ambos lados no hay ventanas ni huecos mal pintada de ocre muy poco iluminada está siempre vacía sólo detrás de la pared de los cuarteles hay soldados despiertos bostezan y nos oyen y piensan en su encierro viene al final el parque de bomberos mi padre alguna vez me lleva a ver los camiones antiguos un mágirus de escalera metálica me subo y como en la película brillan los mandos el volante y las puertas del parque están cerradas no han salido esta noche con la lluvia las luces de la calle se encharcan en el suelo con restos de hojas viejas y grasa mis botas de goma también brillan vamos hablamos así a ráfagas de cosas inconexas de coches y del río cuando el año pasado estaba lleno se salía del pueblo de vicente en vacaciones caza con sus dos primos pájaros a pedradas una vez alguien vio algo rarísimo en la playa y si no nos metemos con rafa y empezamos a correr le dejamos atrás esperamos en la avenida escondidos para tirarle bolas caídas de los plátanos y llegamos en tromba con la humedad pegada a la piel el picor del jersey de lana espesa las escaleras de la entrada patinan con las botas de agua sobre la mezcla sucia de serrín que cubre los peldaños
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pepe
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pepe
1 comentario:
es cierto, si le das cuerda al tiempo, junta las palabras en un embrollo asombrosamente lúcido.
òscar.
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