Jana cruza por los labios de un río
como si fuera un beso ingrávido de aire.
Crece un musgo romántico
desde los pensamientos lúbricos de los muertos.
Con manos mudas, trenza una humilde canción
trasnochada de acordes. ya la luna despliega
el palio de la noche. Llora mi corazón,
en su mitra de obispo, un latido de sangre.
S.G.V.
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leí el libro de santiago hace dos semanas o, mejor dicho, el libro me ha leído a mí. mis complicidades, digo.
gracias, amigo, por enviarnos el libro y por tu dedicatoria ("a mis amigos de sopa de poetes´, estos nombres, con el abrazo luminoso de su amigo santiago").
òscar
gracias, amigo, por enviarnos el libro y por tu dedicatoria ("a mis amigos de sopa de poetes´, estos nombres, con el abrazo luminoso de su amigo santiago").
òscar

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