¿qué significa para mí poder charlar con pepe viyuela?

me remito otra vez a aquella frase que enrique gran dijo a su amigo antonio lópez en la película de víctor erice, el sol del membrillo:

sería cómico si no fuera tan serio

trabajar para sopa de poetes me recrea como ser humano todos los días, me permite la posibilidad de cuestionar mis creencias, revisándome siempre, me obsequia el don de la ventilación de la esencia del ser, no acumular grandezas vanas, ser en lo pequeño una parte que elige andar con los ojos y las manos abiertas haciendo un todo común en lo cotidiano, por eso me gusta tanto etiquetar muchas de mis entradas así, cotidianas, y, a continuación, expandirlas con un sencillo etcétera...

entonces, tener la oportunidad de conversar con pepe viyuela, mañana, se me antoja una de esas suertes en voz, al margen de lo consabido, porque intuyo en esta persona una bondad que emana de sus creaciones, de sus trabajos, de sus múltiples colaboraciones desinteresadas para causas de otros, los desfavorecidos (utilizo este término sólo para hacerme entender y no porque me parezca una palabra justa o exacta), quiero decir, digo, que tengo muchas ganas de no hacer un guión para mañana, para poner en un serio aprieto al terrorífico juego de las bombas, de las gazas muertas y otras guerras, elaborando, así, con la ayuda de nuestro viyuela y la de pepe y la de mariano, un espacio trémulo y rotundo, que expanda la voz del poeta, la del payaso, la del actor (el que actúa, el que hace) por si sirviera de algo, por si evitara un disparo, al menos, un segundo acaso, donde alguien escopetado y ciego se diera cuenta que matar al otro es asesinar no a otro sino al del espejo, a los múltiples yoes, que, a poco que nos diésemos cuenta, son nuestra familia, nuestros hermanos, nuestros hijos...

así, poder charlar con pepe viyuela, significa tener la posibilidad de retirar el arma de mi boca y escucharme decir flor o risa o niño o poema o vive o deja vivir... en otra voz como la suya, la tuya o la mía...

sí, trabajar en sopa de poetes me apasiona.

òscar