ése laurel fué plantado con menos de un metro de alto hace unos cuantos años. una nevada lo tronchó aquel mismo invierno. el azar quiso que encarna y yo pasáramos por allí entonces, y con cuerda y trapos le hiciéramos una cura de urgencia -como cuando te rompes un tobillo y lo entablillan-, para suturarlo. aquí está, espectacular, esbelto, imparable. miguel tiene su misma edad.
peppe
pepe
2 comentarios:
Es un ábol muy particular y bello el laurel, esta asociado a toda mi infancia y a la cocina de mi madre.
Un saludo
muy bonita la historia del laurel de miki y seguro que también lo es la de lys...
besazos,
ò.
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