ayer, en el gall i la gallina, en la merienda de antes de siempre, aquello fue de escándalo el librerío revuelto encima de la mesa que podía contemplarse. había que vernos emocionados y fabi, ¡secaos los mocos y la babilla!, nos decía... luego pongo yo una foto de lo que me ha tocado de lote... un día de estos, venirse a merendar con nosotros, que eso si es soplarle a la palabra.
òscar
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