Cualquier cosa valiera por mi vida
esta tarde. Cualquier cosa pequeña
si alguna hay. Martirio me es el ruido
sereno, sin escrúpulos, sin vuelta
de tu zapato bajo. ¿Qué victorias
busca el que ama? ¿Por qué son tan derechas
estas calles? Ni miro atrás ni puedo
perderte ya de vista. Esta es la tierra
del escarmiento: hasta los amigos
dan mala información. Mi boca besa
lo que muere, y lo acepta. Y la piel misma
del labio es la del viento. Adiós. Es útil
norma este suceso, dicen. Queda
tú con las cosas nuestras, tú, que puedes,
que yo me iré donde la noche quiera.
peppeppe
Claudio Rodríguez, Adiós
ppepppe
pepe
2 comentarios:
que bueno es el sr. rodríguez. con "Alianza y condena" entré en de lleno en la poesía, al margen de otro tipo de lecturas. en un taller con Sam Abrams desmenucé este libro hace ya 12 años. gran comienzo.
mariano
mariano, que tiempos no? hoy leía no sé donde que con gamo, vicente núñez, -y ahora, seguro me dejo algunos- está claudio rodríguez en la mejor poesía escrita en castellano en el XX. eso se llama, como tú dices, empezar por el principio. se nota. y por ahí dentro se queda lo que nos gana, lo que nos alimenta sin parecerlo. yo leí a claudio rodríguez, también a césar vallejo, tarde. pero para mí ahora están ahí siempre, qué suerte enorme para nosotros tener cerca a los poetas valientes.
abrazos, amigo
pepe
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