empaquetá y llena de palabras, llega carmela de nuevo a la radio y recojo el sobre, me lo llevo en el bolso, lo abro mientras espero que me cambien la cubierta de la bici que se me ha reventao en plena calle, como un disparo sin bala, sólo sonido y aire libre sin más y apoyado en el coche aparcado en la acera delante de la tienda, empiezo a leer estos minimás al solecito de mediodía y empiezo a sonreír y a pensar y a comprender y a quitarme de encima – a pesar de este sol- los fríos de noviembre.
pepe
pepe
pepe
2 comentarios:
pues hoy mismo lo encargo porque carmen, con permiso de pepe, es mi mujer del sur pero sobre todo es una poeta de la punta del pie a la punta más roja de sus cabellos.
Saludos,
J. Cánaves
amigo javier, cómo decirlo mejor...sí, carmela nos engancha a más de uno por estos lares tejiendo un mundo que va del corazón a sus (nuestros) asuntos, -como diría aquél-.
saludos para tí,
pepe (& soperos)
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