[madrid, desde el edificio caixaforum]
todavía con el buen gusto a madrid, ayer, ya sabéis, pasamos por casa de mis padres. después de un paseo con mis sobrinos, mientras jugaba con ellos, fabi estiraba la lengua a papá... sobre la guerra, el pueblo, la familia, el hambre... yo escuchaba con la mayor atención posible. contaba cómo caían las bombas mientras corrían al escondrijo bajo aquellas piedras... e india es els alamús y áfrica y los emiratos árabes y canadá, acaso no nos damos cuenta... el caso es que cuando llegamos a poble sec diluviaba, era mediodía, y al cabo llegó mi padre del trabajo, 83 años, del trabajo, sí, en ciclomotor, sí, y sin una sola gota encima. cuando niño, a mi parecer, adquirió algunas habilidades, mantenerse vivo, por ejemplo, durante y después de la guerra, él -le decía a fabi- no sabía cómo su padre les había dado de comer a sus cuatro hijos durante ese tiempo... yo no sé cómo puede llegar del trabajo en moto un día de lluvia sin una sola gota encima mientras sabe que todo a su alrededor se ha muerto y vuelto a nacer varias veces, mientras él está ahí, como testigo y actor cada vez menos encabronado.
por cierto, respecto a mi muela, me dijo, ¡fuera!, yo me quité dos que me molestaban, tiré y tiré y ¡fuera!...
òscar
por cierto, respecto a mi muela, me dijo, ¡fuera!, yo me quité dos que me molestaban, tiré y tiré y ¡fuera!...
òscar
3 comentarios:
El padre es un fenómeno y el hijo el otro. Increíble linaje, abrazos
ahí andamos. andamio, la vida, verdad.
abrazos,
ò.
esa diaria vida y resistencia enorme de los días...
pepe
Publicar un comentario