Vas llegando a la isla, ahora sabes / qué es el azar. Vivir, qué significa. / Tu arco será polvo en un estante. / Polvo será el telar y la pieza que teje. / Los pretendientes, que en el patio acampan, / son sombras de los sueños de Penélope. / Vas llegando a la isla mientras bate / el mar contra las rocas de la costa, / igual que el tiempo contra la Odisea. / Nadie tejió nunca tu ausencia. Nadie / vino tampoco a destejer tu olvido. / Por más que, a veces, la razón lo ignore, / Penélope es la sombra de tu sueño. /Vas llegando a la isla: las gaviotas / cubren la playa y no se moverán / cuando al pasar no dejes huella alguna, / pues tu no existes: eres la leyenda. / Quizá un lejano Ulises murió en Troya, / y quizá lo lloró alguna mujer, / pero en el sueño de un poeta ciego / continúas salvándote: /en la frente de Homero, riguroso, / eterno, cada vez que rompe el alba / un solitario Ulises desembarca.
Ulises en Aguas de Ìtaca, de Luz de Lluvia.
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