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mi agradecimiento a miguel marinas, fernando ampudia y, cómo no, a eloísa otero. y todo lo que hago, claro, se lo dedico a mi hermano, a fabi, –también a mis amigos pepe y mariano– y, obvio, a la gata tiza.
y a todos los que visitáis este blog, es claro... deciros que la superficie del pájaro no lo escribí para que guste, sino para conmover.
muchas gracias a todos,
òscar
mi agradecimiento a miguel marinas, fernando ampudia y, cómo no, a eloísa otero. y todo lo que hago, claro, se lo dedico a mi hermano, a fabi, –también a mis amigos pepe y mariano– y, obvio, a la gata tiza.
y a todos los que visitáis este blog, es claro... deciros que la superficie del pájaro no lo escribí para que guste, sino para conmover.
muchas gracias a todos,
òscar
10 comentarios:
gracias a ti, amigo, por este precioso regalo compartido...
MUAKSSSSSSSSSS
muásss!!!
òscar.
Un texto insólito y luminoso. Creo que se sitúa más allá de los juicios literarios o de lo que es bueno o es malo. Es, simplemente, entraña. Palabras destinadas a
con-mover dinamitando. ¡Un soplo de aire fresco entre tantas imposturas!
Me ha gustado especialmente que no quieras corregir nada, que quede tal cual, sin repellar las paredes al poema le entra el aire y la intemperie.
Mañana acabaré la otra mitad. Ha sido un viaje a otra parte, más allá -o mejor más acá- de lo literario.
muchas gracias, amigo stalker, salió así, un pacá, sí señor!... en serio, muchas gracias por tu generosa humanidad...
muás!!!
ò.
Mi enhorabuena, Oscar.
¡muchísimas gracias, luis miguel!.
òscar.
lo acabé hace un rato, pingüino...
me gustó mucho y más que eso, me hizo pensar en tus ganas de hacer, de construir.
abrazos soperuelos
pepe
gracias, pepe!!!
tienes razón, en eso soy bastante animal, en las ganas de hacer, no por nada, o quizás por eso, porque tenemos algo por delante o aquí mismo, ¡y qué bueno hacer como si nada!
besos, amigo!!!
nos vemos este finde!!!
òscar.
Leí “el pajarito”. Lo comprendí (en la medida en que uno comprende las cosas) porque comprendo a mi hermano (en la medida que uno comprende a las personas). Si tuviera que hacer un retrato de él (de mi hermano), resultaría un árbol: un melocotonero silvestre que se alimenta del agua (sólo de la que cae del cielo de tanto en tanto), de poemas de aquí y de allá, y de la amistad. Si tuviera que hacer un retrato de “la superficie del pájaro” resultaría un deseo: ser una gata cualquiera y caer en su casa (la de mi hermano); después, incorpórea ya, sobrevolar la red y aterrizar en la esencia de toda persona que haya vivido en su propia piel la experiencia de “la superficie del pájaro”.
collons!
ò.
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