aprovecho un alto en el zenit de la jornada para no delimitar la situación aquí: antonio -mi tío- duerme bajo la sombra del gran árbol, papá hace lo mismo en otro rincón de este mundo. mientras, en la habitación grande, fabi y mis sobrinos sueñan. mamá pasa el mocho con agua helada. navi, un amigo, da un baño de barniz a los porticones de la casa. mi hermano hace la siesta estirado en el sofá del salón. isidre -cocinero amigo- duerme, también, sí, no se sabe dónde, cerca también. yo le doy al pico del teclado.
cada día, cada noche, voy junto a tiza y pongo la palma de mi mano sobre la tierra bajo la que yace y le susurro algo que sólo ella y yo entendemos.
¿la poesía?. quizá escriba cien poemas más... quizás ya tenga título: voy a hacerme un poeta de culto.
ya está. cabe la posibilidad que nos quedemos hasta final de mes. día 31. ya veremos.
òscar

2 comentarios:
caro amigo, qué bueno andar por ahí de corto, sin componendas, sin ambages, con el peral en sazón...
besos y recuerdos,
hasta pronto
peppo
mi pepe por aquí nos acordamos mucho de vosotros. entonces me voy al árbol de la semi con italia y le doy cariñosamente en el lomo.
nada más. muás,
ò.
Publicar un comentario