
si me regalaran cien traviesas de tren no las aceptaría. o sí y reconstruiría un roble muerto al que cada mañana le iría a cantar y un día, al fin, comenzaría a brotar junto a él un pequeño árbol, más por cuestiones meramente naturales que por mi virtuosismo. ¡ah, sería magnífico!.
òscar

No hay comentarios:
Publicar un comentario