
me acaba de pasar. lavo la cafetera (sin jabón, claro). hago lo que tengo que hacer para poenerla en el fuego. doy a la llave de la cocina. no sale gas. voy al lavadero para abrir el paso. a la vuelta, la cafetera ya está cerrada y no sé si la cargué con café. dudo. recurro al recuerdo del tacto, mis dedos haciendo así al hierro del tarro de café. es increíble cómo ha vuelto la densidad del cierre del tarro a mis manos gracias a un simple ejercicio de memoria.
vale, pita la cafeta. voy.
vale, pita la cafeta. voy.
òscar
No hay comentarios:
Publicar un comentario