
me acabo de cargar el bote de las lentejas. he puesto el pie para amortiguar la caída pero no ha sido posible. ha estallado y todas se han ido a tomar por culo pero mal. he tardado un nabo en recoger todo el estropicio. no me he acordado de echar foto del siniestro. hay vidrios y lentejas por todas partes, hasta dentro de tres o cuatro navidades. ahora mismo, además, cuando recién estaba comenzando esta entrada he derramado la lata de cola, que ha ido escurriéndose por la mesa hasta el suelo como una cola de ratón. no obstante, me parece que hoy es un día feliz. insisto.
òscar

4 comentarios:
tate quieto, nene¡¡¡
(eso son restos de energías cordobeñas que entoavía te recorren la melona, y pues,
se te va la mano...)
pepe
me las he puesto bajo el calzón, agarrándome las güevas, por si tiran falta los del mánchensen, y así mato un pájaro de un tiro y al otro lo retuerzo...
fitipaldi con ò.
Cuidado con los botes que caen: recuerda a Cañizares... el portero, no los otros... jajajaja
si eg queee...
ò.
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