
a veces, nos permitimos lujos extraordinarios. podrían pasar desapercibidos, pero no. no sé si os he contado que siempre agradezco al animal que me alimenta, eso, que me alimente... aunque, por suerte, esta mañana no hubo de morir ninguno. esa es la razón y no otra por la que quiero ser vegetariano. de igual modo agradezco a la tomatera sus tomates. deberíamos revisar cómo criamos los animales que comemos. sea como fuere, continuo siendo un cabrón.
òscar

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