
si sigues este blog, ya conocerás a carmen echenique, la abuela de fabi. esta tarde estuvimos con ella. fabi le llevó un abrigo para que le pusiera una presilla y le hiciera no sé qué más. esto de coser lo tiene por la mano y dice ella: me templa el alma, no existe nada más. su nieta le enhebra la aguja y ella entra en una especie de trance. la observo. habla para sí misma:
– claro, en las familias se comunica en una frecuencia que en los individuos no pertenecientes a ella, les pasa desapercibida; como determinados sonidos de las ballenas o de los elefantes, que no son perceptibles por el oído humano. así, el fastidio, que, para una tercera persona ajena al clan, ni le duele, a uno de los miembros, puede llegar a enervar sobremanera. eso es lo que pasa en las familias, en todas las familias... como elefantes o ballenas... una ha de ponerse bióloga y entonces todo se convierte en muy interesante... aunque no tanto como para escribir un libro, porque una tiene tantas cosas importantes que hacer, verdad, que no voy a andarme en zarandajas... ay, ahora con un anís todo va a ponerse redondo y el botoncito va a quedarse en su sitio, quietito, parado...
la tarde siguió. y me pareció que ni bordado el decir por dentro de carmen... ¡como las ballenas o los elefantes, claro!.
òscar
– claro, en las familias se comunica en una frecuencia que en los individuos no pertenecientes a ella, les pasa desapercibida; como determinados sonidos de las ballenas o de los elefantes, que no son perceptibles por el oído humano. así, el fastidio, que, para una tercera persona ajena al clan, ni le duele, a uno de los miembros, puede llegar a enervar sobremanera. eso es lo que pasa en las familias, en todas las familias... como elefantes o ballenas... una ha de ponerse bióloga y entonces todo se convierte en muy interesante... aunque no tanto como para escribir un libro, porque una tiene tantas cosas importantes que hacer, verdad, que no voy a andarme en zarandajas... ay, ahora con un anís todo va a ponerse redondo y el botoncito va a quedarse en su sitio, quietito, parado...
la tarde siguió. y me pareció que ni bordado el decir por dentro de carmen... ¡como las ballenas o los elefantes, claro!.
òscar

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