
A los clásicos también los escribe el azar. Para llegar a ser reconocidas como tales, algunas obras han necesitado de un impulso ajeno a la soledad del escritorio. Así, Los gozos y las sombras que Alfaguara publica ahora en un solo tomo de 1.200 páginas- llegó a ser lo que es gracias a la maestría de Gonzalo Torrente Ballester y a los golpes de la suerte.
pepe
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