tengo un piano de cartón en la nuca que me pesa tanto como la vida
alguien vino a tocarlo con todo el peso de la memoria
anudó las manos con su nombre de emperador romano
se durmieron los metales, las carreteras de cicatrices, el labio partido, estos pasos que me acercan a la locura
me di cuenta de que todo este olor a incendio con el que me visto no es casual
mariano
pd. Ayer por fin vi a Ludovico Einaudi. Todo bello, hirientemente bello. Su piano, sus manos, la sal de sus composiciones.


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