El niño duerme
al pie de un árbol y el aire
que lo relata brilla
como vida en la vida. Se vuelca
con claro alivio sobre
la piel llena de caminos, sube
en el fulgor del día
para darle fulgor y el otoño
quiere al niño que duerme
al pie del aire
y el espanto se va, corrido
por una voz
que nadie escucha todavía
en la marea de las huellas.
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
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Juan Gelman, de Oficio Ardiente pag.541
pepe
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