
hace más de quince años, cuando la gata era pequeña, recuerdo que una vez subió a la mesa de trabajo –llena botes de pintura abiertos, paletas húmedas,...– y se ensució las patitas. nunca más. ahora, cuando trabajo, aunque me hace compañía y trastea cerca, sabe que la pintura no le gusta. es buena cosa para mí. una crítica muy severa.
òscar
òscar

No hay comentarios:
Publicar un comentario