Algo se rompió dentro de ese niño en 1952: "La infancia es un territorio indiferenciado si no se produce en ella una herida, como en mi caso: dejamos Valencia, ciudad luminosa con un mar al que íbamos siempre, para aterrizar en un no lugar tras un viaje espantoso en tren de asientos de madera, con frío y sabañones, un suburbio donde en mi calle empezaba la nada". Era la madrileña Canillas, que, por contraposición, "hizo que Valencia se convirtiera en un territorio mítico, metáfora de las demás cosas que siento que están rotas y que conducen a convertirme en escritor". "La escritura", resume, "trata siempre de restaurar lo que se rompió en una época remota". juan josé millás
pepe
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