
ayer circulamos por caminos de montaña. lentos. sin tráfico. contemplación. cuando nuestro coche se cruzaba con algún ciclista, algo en mi interior me decía: no perturbes al novelista, no perturbes al novelista. al rato, fabi y yo ya estábamos haciendo versos con el auto muy lento, casi quieto.
òscar
òscar

No hay comentarios:
Publicar un comentario