"Nunca seré discreto
y me duele
aunque frío
el corazón habría de aquietarse
como una pila bautismal.
Trastorna el desayuno en los pasillos
del hotel -tampoco hoy son los tártaros.
El alféizar sugiere la propiedad del suelo
-no mi raíz, no tierra: suelo
que es vida bajo tierra.
Regresaré al azar
a saber quien reemplaza
la obra vieja.
No fuí el último al que echaron
ni el que apagó las luces.
Con pigmentos de drama
o con la gasa gruesa del estío
el clima no me recibió.
Una mañana madrugué
pero era libre.
Es todo.
Náufrago en la factura
del agradecimiento, virgen
de una promesa cana,
entre jóvenes curas
y personas mayores.
Soy un hombre reciente,
me perdonen los árboles
invernalmente ralos,
las palomas aplaudan
al nuevo del atrezzo.
Carlos Pardo (Echado a perder, Visor 2007)
pepe

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