escoger el lugar donde leemos es casi tan importante como la lectura seleccionada. elijo los caminos de el segrià (tú también tienes tu sitio), donde los pies no solamente leen las piedrecillas de la ruta sino que atienden las acotaciones que los márgenes proporcionan, donde uno es en el paisaje. porque leer no es un espacio delimitado como la ruta de un sendero o la línea que va desde nuestra mirada hasta la página y viceversa. un sillón vive en un lugar semi-estático, objetizado, por eso, ahí, nuestra experiencia será restringida. si solamente nos movemos en la interpretación de una ruta tan estrecha, la lectura quedará empobrecida en nuestro mapa vital.
así, leer es lo que no es lectura. un buen poema nunca tendrá marca registrada, sino como los árboles, plumas.
òscar

2 comentarios:
parece que no, pero un buen sitio para la lectura es imprescindible ;)
y qué bien que así sea!. hay un libro por ahí que habla más o menos de eso, aunque vinculado a otras muchas e interesantes historias... "la fuerza de los pocos", de andrés ortega (galaxia gutenberg círculo de lectores).
besos,
òscar.
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