"Así como el agua habla y es reconocida por sonidos y voces que surgen espontáneos de su naturaleza, el poeta busca la expresión de su esperanza y de su dolor en la entrega a la propia materia de su ser: la lengua.
La escritura se tensa y fortalece para alcanzar a describir el esfuerzo del ser, el idioma, por brillar y hacerse firme, trabajando la piedra de existir que es su única herramienta, su único tesoro. El mundo acosa fuera, absurdo y venenoso pero también irrenunciable, meta y punto de partida de aventura de vivir. Y la palabra irá a cantarlo en himnos que celebran su grandeza y complejidad, o a retratarlo en postales cuya turbadora sencillez reclama la adhesión a ese mundo de mínimas figuras.
Y la escritura también ha de volcarse en la docilidad pues se sabe al servicio del acero y la luz y su presencia es tan sólo un recurso, una invocación. Deja antonces que el pulso del momento revele sus constantes, y desliza su minuciosa mirada por la extensión de unos instantes que, no obstante su extremada puntualidad, su pequeñez frente a la violencia del tiempo, adquieren de esta forma dimensión."
Calima ediciones.
(Juan Antonio Marín, "Como se nombra el agua")
òscar
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