"La prisión,
La prisión viva."
LUIS CERNUDA
TE QUIERO A LAS DIEZ DE LA MAÑANA, y a las once, y a las
doce del día. Te quiero con toda mi alma y con todo mi
cuerpo, a veces, en las tardes de lluvia. Pero a las dos de la
tarde, o a las tres, cuando me pongo a pensar en nosotros
dos, y tú piensas en la comida o en el trabajo diario, o en las
diversiones que no tienes, me pongo a odiarte sordamente,
con la mitad del odio que guardo para mí.
Luego vuelvo a quererte, cuando nos acostamos y siento
que estás hecha para mí, que de algún modo me lo dicen tu
rodilla y tu vientre, que mis manos me convencen de ello, y
que no hay otro lugar en donde yo me venga, a donde yo vaya
mejor que tu cuerpo. Tú vienes toda entera a mi encuentro,
y los dos desaparecemos un instante, nos metemos
en la boca de Dios, hasta que yo te digo que tengo hambre
o sueño.
Todos los días te quiero y te odio irremediablemente. Y
hay días también, hay horas, en que no te conozco, en que
me eres ajena como la mujer de otro. Me preocupan los
hombres, me preocupo yo, me distraen mis penas. Es probable
que no piense en ti durante mucho tiempo. Ya ves.
¿Quién podría quererte menos que yo, amor mío?
JAIME SABINES
...Feliz lunes.
Un beso,
Anay
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