querido edu:
lo primero, ¡feliz cumple!
esta vez te escribo en carta abierta. amanecí preguntándome por qué creemos que la enfermedad es un camino de sabiduría.
para mí, no es tanto una ruta hacia la sabiduría sino un camino de bondad. en este sentido, la bondad, sí, quizás sea la máxima expresión de lo que conocemos por sabiduría. sabio-a, pues, es alguien que transita en bondad.
sí, el ser bueno lo comprende y atiende todo, cualquier circunstancia de lo que es otro, cualquier acontecimiento. la enfermedad solamente es una suerte de curso propiciatorio.
es cierto que hay personas que, una vez superada, siguen sin hacer uso de la cualidad de bueno. deja que crea que son pocas.
desde luego, tú ya eras –antes de la bicha– un tipo que practicaba bondad muy por encima de la media. quiero preguntarte, sí, por los apoyos en el durante: cómo, dónde, qué, quiénes... quiero preguntarte cómo hilar adentro y afuera, que me digas qué murmullo interior, qué nuevos nacimientos, qué peces...
es temprano, llueve. es conmovedora la lluvia.
conmover, sí, acaso sea una de las claves. como arrastra el río. nuestros sedimentos, el suelo desde donde nacer cada día, el lodo preñado para que la vida sea posible. bondad y lodo. arrastre y depuración. organismos.
entiendo que la enfermedad es un llamamiento hacia lo plural, hacia esa voz.
llueve, edu, es la señal. llueve y es tu cumpleaños, tu nacimiento. hoy dejas atrás a la bicha. en adelante –y gracias a ti– podemos decir que somos un poco más buenos.
abrazo,
òscar.
2 comentarios:
Conmovedora la lluvia y conmovedora tu carta, Òscar. Un abrazo.
besos, anay!!!
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