"De los sueños de los griegos, pese a toda su literatura onírica y a las numerosas anécdotas sobre ellos, sólo puede hablarse con conjeturas, pero, sin embargo, con bastante seguridad: dada la aptitud plástica de su ojo, increíblemente precisa y segura, así como su luminosos y sincero placer por los colores, no será posible abstenerse de presuponer, para vergüenza de todos los nacidos con posterioridad, que también sus sueños poseyeron una causalidad lógica de líneas y contornos, colores y grupos, una sucesión de escenas parecida a sus mejores relieves, cuya perfección nos autorizaría sin duda a decir, si fuera posible una comparación, que los griegos que sueñan son Homeros, y que Homero es un griego que sueña: y en un sentido más hondo que si el hombre moderno osase compararse, en lo que respecta a su sueño, con el mismo Shakespeare".
Friedrich Nietzsche, El nacimiento de la Tragedia. Alianza Ed, Madrid 1973. Introducción, traducción y notas de Andrés Sánchez Pascual.
pepe
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