por supuesto, fuimos sin un chavo, pero nos volvimos con una alfombra de 34 euros, cosa que aun no me explico. es muy raro creer de este modo en los reyes magos. pero mira, se ve que te lo has de currar. juro que volveré a ikea. dicen que allí se puede ver al demonio. ¡umphf!.
òscar
4 comentarios:
Óscar! Hace un par de días un amigo me dijo que había leído en la Vanguardia que tras la generación Nocilla viene la de Ikea...
Qué cosas, no?
Nos veremos pronto?
Besos!
mecachis!
sí, ana, nos vemos ya mismo, creo que el 17 o el 24...
muás!!!
ò.
mi amigo cristóbal dice que en ese almacén -o circuito compulsivo-, lo único que falta para redondear la visita es, que al salir, cargado con los tablones, archiperres y demás elementos incomprensibles, y después de empotrarlos a peso en el maletero -mientras la ensalada de pepinillo y arenque te baja camino de las patas a todo meter-, unos tipos macizos en la salida te saquen del coche a empujones mientras te llenan de insultos tachándote de gilipollas...;esa secuencia sería en realidad el ejemplo práctico de una una actividad didáctica de capitalismo salvaje.
a que sí?
pepe
tal cual, querido pepe.
ò.
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