un poeta y un pintor, conversan...
– el día está claro... respecto a ayer, hay unas pinceladas, una leve promesa de lluvia...
– ojalá... ¡nos secamos, amigo!...
– hay algo cuando hablamos del tiempo atmosférico, ¿verdad?, que nos distingue como humanos y sin embargo está omnipresente en la célula animal...
– ¿has leído el periódico?. hace mucho que no lo leo. en realidad, hace tiempo que no leo...
– no, tampoco leo los periódicos... perdí el interés... y los libros, más que leerlos, los miro. me gusta mucho mirar libros por dentro; la tripa de las palabras, por así decir...
– entiendo. yo hago lo mismo con los paisajes. lo mucho que perturbamos las personas su belleza epicúrea... iba a decir innata...
– ¿te pasa a ti el placer de la no-doctrina?... en conversaciones como esta, digo...
– claro... me gusta charlar de cosas importantes, claro, pero que sólo son atendidas por debajo de la cabeza...
– por abajo, sí... algo adentro...
– ¿quieres un café?...
– quiero...
– el día está claro... respecto a ayer, hay unas pinceladas, una leve promesa de lluvia...
– ojalá... ¡nos secamos, amigo!...
– hay algo cuando hablamos del tiempo atmosférico, ¿verdad?, que nos distingue como humanos y sin embargo está omnipresente en la célula animal...
– ¿has leído el periódico?. hace mucho que no lo leo. en realidad, hace tiempo que no leo...
– no, tampoco leo los periódicos... perdí el interés... y los libros, más que leerlos, los miro. me gusta mucho mirar libros por dentro; la tripa de las palabras, por así decir...
– entiendo. yo hago lo mismo con los paisajes. lo mucho que perturbamos las personas su belleza epicúrea... iba a decir innata...
– ¿te pasa a ti el placer de la no-doctrina?... en conversaciones como esta, digo...
– claro... me gusta charlar de cosas importantes, claro, pero que sólo son atendidas por debajo de la cabeza...
– por abajo, sí... algo adentro...
– ¿quieres un café?...
– quiero...
òscar
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